Serie de dibujos realizados a plumilla en los que Llamazares regresa como tantas veces en su carrera a un mundo de formas retorcidas. En palabras del pintor; cada nudo, cada retorcimiento era una angustia interna que le acompañó toda su vida. Dibujar para mi padre era como escribir, cada línea era una narración, una historia. Algunos dibujos eran tranquilos, pletóricos, espléndidos y optimistas, con líneas largas, suaves y claras, de belleza incontenida parecian declaraciones de amor. Otros dibujos parecen rotos, negros, duros, informes, sucios y desordenados; sin principio, sin fin, del tipo de historia que habla de la muerte y de inconformidad. 
El blanco del papel era para mi padre un universo a conquistar; las miles de pequeñas líneas de tinta se suceden de forma ordenada y ritmo contundente, se rellenan los huecos y la tinta sobre la tinta va obscureciendo el espacio. Se establecen límites en el plano que forman la composición en una suerte de frontera con el blanco impoluto que a veces corta drásticamente el dibujo y otras veces se diluye suavemente como si de agua derramada se tratara. No hay ejercicio narrativo ninguno, ni contenido inherente; es pura especulación visual. 

Series of drawings made in pen in which Llamazares returns as so many times in his career to a world of twisted forms. In the words of the painter; every knot, every twist was an inner anguish that accompanied him all his life. 
Drawing for my father was like writing, every line was a narrative, a story. Some drawings were calm, plethoric, splendid and optimistic, with long, soft and clear lines, of uncontained beauty they seemed declarations of love. Other drawings look broken, black, hard, reports, dirty and messy; without beginning, without end, of the kind of story that speaks of death and nonconformity. 
The target of the paper was for my father a universe to conquer; the thousands of small lines of ink follow each other in an orderly way and forceful rhythm, the gaps are filled and the ink on the ink darkens the space. Boundaries are established in the plane that form the composition in a kind of border with the pristine white that sometimes drastically cuts the drawing and other times is gently diluted as if it were spilled water. There is no narrative exercise, no inherent content; it is pure visual speculation.
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